Hace unos años era una opción que nadie se planteaba, pero el avance en los procesos de la fabricación del papel pintado ahora hace posible la opción de empapelar el baño.
El papel pintado es una opción que aporta calidez y un estilo muy personal en los baños. Además, es una tendencia decorativa, que se aleja de los azulejos y las pinturas tradicionales, ayudándonos a crear una imagen moderna y sorprendente.
Pero no debemos olvidar que los baños son estancias donde la humedad siempre está presente, por eso debemos elegir papeles vinílicos que cuentan con una capa de PVC resistente al agua. De este modo la humedad y la condensación no supondrán ningún problema. Otra opción igualmente válida es el papel tejido no tejido (TNT). De todas formas siempre es mucho mejor si el baño tiene ventana.
A la hora de instalarlo, lo más habitual es que debajo tengamos azulejos, por eso hay que aplicar una capa de imprimación multisuperficie y rellenar tanto las juntas como las posibles imperfecciones con masilla. Se trata de dejar una pared lisa para una correcta adherencia del papel pintado.
Si los azulejos no están en buen estado, tampoco es necesario emprender la obra de quitarlos. Puedes tratar de cubrir todas las paredes con una masilla especial para azulejos y con paciencia ir igualando toda la superficie. Posteriormente es aconsejable aplicar una imprimación selladora para que cierre el poro de la masilla. Sobre esta superficie ya se puede empapelar. Para hacerlo se suele aplicar un pegamento tipo meticelulosa en la pared, pero se deben consultar las instrucciones que el fabricante incluye en los rollos de papel pintado.
Obviamente, en la ducha y los lugares por donde salga el agua directamente es mejor no empapelar.
Los estampados y los diseños de los papeles vinílicos son tan variados que no tendremos ningún problema a la hora de encontrar uno que encaje con el estilo que estamos buscando.
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